Lee: Isaías 43:18-19, Efesios 1:3-14
¿Cuántas veces has deseado una nueva oportunidad para comenzar? Cada inicio de año estableces nuevas metas para alcanzar, trazas nuevos sueños para realizar y te llenas de esperanza por un nuevo comienzo. Mientras pasa el año algunas metas se empiezan a quedar atrás, algunos sueños parecen inalcanzables y la idea de un nuevo comienzo empieza a desaparecer.
El 2020 fue un año que tiró planes, te sacó de tu zona de confort y probablemente te hizo dudar del camino que habías trazado en tu mente, pero en medio de tanta incertidumbre y tanto cambio hay algo que permanece ¿Qué es esto que perdura y nunca cambia? El amor y la gracia de Dios para tu vida. Probablemente estás en un momento de la vida donde no logras reconocerte a ti mismo. Tal vez crees que tus acciones ya no te permiten acercarte a Dios. Puede ser que este año lo empezaras con más dudas que respuestas, menos metas y más inseguridades, más frustraciones que ánimo, pero hay una pregunta que quiero que te hagas ¿Que estas mirando en lugar de Jesús?
No dejes que las inseguridades de este nuevo año bloqueen tu vista y no olvides que todo lo que anhelas ya lo tienes en Cristo. Este año puede pintar un panorama igual o peor que el año pasado, pero tu vista debe estar enfocada más allá de lo que tus ojos naturales pueden ver. Recuerda el gran amor que Dios tiene para ti y el anhelo que tiene por un encuentro contigo. Así que deja atrás todo lo que no sirve del 2020 y mira hacia adelante con una nueva esperanza en Jesús.
“Te amo no por lo que haces o dejes de hacer, te amo desde antes que nacieras. El 2020 pudo ser un año difícil, pero para este año recuerda la cruz.”